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Texto escrito por Sofía Carrillo para la publicación 06 del EAC. 

Ministerio de Educación y Cultura de Montevideo, Uruguay.

ISBN 0 000239 375139

Del cuerpo-memoria como ofrenda 

por Sofía Carrillo Herrerías

 

Si bien encontramos constantes referencias del duelo, el testimonio y la memoria en el arte latinoamericano, la obra “Coronaciones” de Daniela Arnaudo desvía la lectura del ámbito público hacia el ámbito privado.  Los nichos NN de cada cementerio no sólo no recuerdan su nombre, sus historias o rituales, tampoco evocan al desaparecido, al desplazado, a la muerte trágica; en cambio, son devorados por el duelo de la propia artista y el depósito de sus recuerdos familiares.

 

Sobre la acción y la espera

 

Sin saber cuándo comenzó su relación con el bordado, Daniela Arnaudo recuerda tener esta herramienta en sus manos desde pequeña vinculado a los espacios de juego y espera. El bordado se ha vuelto un acto repetitivo e identitario, son la herencia femenina, contextual, intuitiva y, finalmente, su vocabulario artístico. En “Coronaciones” el bordado se vuelve el objeto en el que se deposita el desgaste de la artista (el de su tiempo y la vivencia evocada), el objeto de ofrenda se empodera con los recuerdos de la historia familiar, de sus pasos por la funeraria del abuelo ubicada en un pequeño pueblo de la provincia de Santa Fe, Argentina. El bordado se vuelve un objeto cargado de duelo para decorar con su llamativo color nichos y tumbas NN de Argentina, Paraguay, Uruguay y Perú. La espera del bordado en este sentido es un espacio íntimo en plena acción donde la evocación se destina como energía para ser ofrendada, una potencia donada al vacío.

Reconocer esa tumba-vacío, es un recorrido de cacería. Al encontrarla, el despliegue artístico y ritual, aquel del video-performance y la acción, son el primer instrumento de invasión: la desmemoria está por ser devorada. La tumba es tocada, acariciada, se despliega una acción afectiva de cuidado y permiso, nuevamente un ritual femenino donde se reta al ausente y se le prepara para ser ocupado.  La artista pretende tomar la forma del familiar inexistente, la desaparición es doble y el acto de olvido también, ya que la memoria del no reconocido, del no nombrado será superpuesta y enterrada bajo el recuerdo de un familiar que no le pertenece.

 

Sobre la memoria y el olvido

La búsqueda del anonimato es quizá el espacio en blanco donde la artista pretende re-escribir su historia, un lugar en el cual depositar los recuerdos acumulados. Un acto votivo en el que su cuerpo y memoria son la coronación buscada.

La potencia de la obra está en la acción y en el tiempo dedicado a esta búsqueda; el objeto queda en un segundo plano desde el momento en que se deja olvidado nuevamente, en el momento en que su potencia es donada a la memoria.  Los pasos de su abuelo, de su padre, sobretodo los recuerdos de su padre se vuelven en “Coronaciones” un homenaje.

La carga emocional es tal que la memoria de Daniela Arnaudo invade cualquier espacio no nombrado. En este duelo la artista está realizando un ejercicio de identidad que parte del cuerpo y los afectos,  escribe así su biografía.

 

Sofía Carrillo

Curadora y Gestora Cultural.

Ciudad de México, 2017.

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