top of page

Ojos desnudos
Daniela Arnaudo
Curaduría: Sofía Culzoni

Museo Basilio Donato - Sunchales, Santa Fe
Marzo 2021

Exhibición Sala #4/2021 - Galería Subsuelo. Rosario, Santa Fe - Noviembre 2021 

OJOS DESNUDOS / Daniela Arnaudo        

Curaduría Sofía Culzzoni

Registro fotográfico: Gentileza del Museo

Texto curatorial


Haberse muerto tanto y que la boca
quiera vivir un poco todavía
y que el cuerpo, los brazos y la boca
y que las noches cálidas, los días
ciegos y el frío sin sexo de la aurora…
Haberse muerto tanto y de tal modo
y sostener un nombre todavía
y una voz que se afirma y se alza en números.
Haberse muerto tanto y que los lilas
y las tintas azules y las rojas
Y las hojas y las rosas y los lilas…
(1942) Idea Vilariño

 


La nostalgia y la melancolía del pasado se juntan. Se unen en un sentimiento íntimo y profundo.
El recuerdo de lo que fue: la infancia en una ciudad chica, la libertad, los paseos en bicicleta, los juegos en la vereda, los momentos en familia.
Conectar con el pasado, con una mirada en el futuro.
Pienso en todo lo que nos conforma, lo propio y lo que heredamos. Tradiciones familiares, gustos y costumbres. La descendencia italiana y el campo. Oficios e intereses. Como si fuera una posta, Dani aprendió a bordar de la mano de su mamá y su mamá aprendióel oficio de su abuela.
Estas y otras vivencias familiares y personales son disparadores de imágenes y sentido en su producción. Me tomo el atrevimiento de mencionar dos, que a mi parecer son muy significativas.
“Mi abuelo era funebrero en el pueblo de Ramona”, me contó el año pasado cuando la conocí. De chica iba junto a sus padres y hermana a recorrer el cementerio como un juego. La mirada lúdica de niña fue el indicio para luego conectarse como adulta con ciertos rituales y arreglos
funerarios, con las ofrendas que los familiares les brindan a sus difuntos.
Otro de los momentos que a mi parecer es revelador, es que su abuela materna le regaló un cuaderno de dibujo de su bisabuelo. En él, su nono, dibujó, a modo de inventario, animales de distintos lugares del mundo.
Estas dos conyunturas atraviesan transversalmente toda su producción. Borda arreglos florales que registra de las visitas al cementero. Borda también para hacer su propio duelo, para canalizar su propia tristeza, transitar su propias perdidas y dolor. O como ella misma escribió en un texto “Desde un accionar intimo me conecto con lo primitivo para sanar con cada puntada los dolores de un tiempo (…) y es en ese hacer como acto artístico
lo que me vuelve a conectar con la vida, sin dejar de pensar en la muerte.”
La acción de la copia se manifiesta reiteradamente en su producción. Retoma los animales dibujados por su abuelo, los copia y borda. Copia tras copia, los animales abandonan su actitud pasiva y comienzan a enfrentase.
El rojo de la sangre, la violencia, se funde con los tierras y verdes, del campo, de los paisajes. Despojar los ojos y el cuerpo, para ver y observar, sin velos. Poder mirar, para poder sentir, para poder ver que hay más allá, que hay atrás del duelo, de la herencia, de la experiencia y de lo
vivido. Desnudar los ojos para así poder sentir.

 


Sofía Culzoni
Febrero, 2022

bottom of page